lunes, 8 de marzo de 2010

Red de Archivos e Investigadores de la Escritura Popular

Desde septiembre de 2004 la Red de Archivos e Investigadores de la Escritura Popular (RedAIEP) coordina y da visibilidad a los archivos, asociaciones, coleccionistas e investigadores empeñados en la búsqueda, conservación, estudio y divulgación de la memoria escrita de la gente común.
Mientras que la Administración, la Iglesia, la Nobleza o cualquier otra entidad de cierta relevancia cuentan con una mayor tradición en cuanto a la conservación de su memoria, no sucede lo mismo cuando hablamos de los testimonios cotidianos y personales, sobre todo si éstos proceden de la gente común. En este caso suele ocurrir que dichos testimonios no se hayan conservado por desidia de los poderes públicos o de los interesados, o bien que se guarden de forma precaria en los domicilios particulares.
Esa consciencia de que la memoria popular escrita ha estado durante mucho tiempo marginada ha despertado en no pocos científicos sociales el interés por su estudio, así como ha hecho que diversas entidades se ocupen de su conservación y tratamiento archivístico. Igualmente tal convicción fue la que llevó, en los años 20 y 30 del siglo pasado, al despliegue de una serie de iniciativas que están en la base de otras más recientes. Se trata de la creación entonces del Pamietnikovesko Polskie en Varsovia y Del Mass Observation en Londres: el primero como archivo para custodiar los documentos personales reunidos por los sociólogos William Isaac Thomas y Florian Znaniecki en el curso de sus investigaciones sobre la emigración de los campesinos polacos a América; y el segundo con el propósito de reunir los relatos elaborados por los miembros del centro para conocer, a través de las experiencias narradas, cómo se había vivido la crisis de los años 30.
Después el interés por la conservación y el estudio del patrimonio escrito de la gente común se hizo más palpable en los años 70. Ya no se trataba tanto de construir monumentales acervos de la identidad nacional, cuanto de abrir nuevos yacimientos al historiador y a otros exponentes de las disciplinas humanísticas y sociales. En medio del florecimiento de la Historia oral, la recuperación y estudio de esos materiales facilitaba el contacto directo con los relatos y experiencias de vida escritos por la gente anónima. De ese espíritu beben algunos centros abiertos en Italia en la segunda mitad de los 80, como el Archivio Diaristico Nazionale (1984), el Archivio della Scrittura Popolare de Trento (1987) y el Archivio Ligure della Scrittura Popolare de Génova (1988). Dicho impulso ha tenido su eco en otros lugares, hasta tal punto que son ya varios los países europeos (Alemania, Inglaterra, Bélgica, Francia, Finlandia o Polonia) donde se han creado grupos de investigación, archivos y asociaciones encaminados a la conservación y estudio del patrimonio personal y autobiográfico, preferiblemente de la gente común.
Por lo que respecta a España dicha tendencia se ha materializado, desde los años 90 hasta la fecha, en la constitución de varios centros y asociaciones de la misma naturaleza, como el Arxiu de la Memòria Popular en La Roca del Vallés (Barcelona), el Archivo de la Escritura Popular Bajo Duero en Zamora, el Museo del Pueblo de Asturias en Gijón y el Arquivo da Emigración Galega en Santiago de Compostela, más la reciente creación de la Asociación por la Autobiografía en español y el patrimonio autobiográfico (AxA) y distintas colecciones en formación, como la que se está reuniendo en la Universidad de Alcalá en el llamado Archivo de Escrituras Cotidianas del Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Cultura Escrita (SIECE).
La falta de unas políticas públicas de la memoria destinadas a su preservación, conservación y estudio mediante centros destinados a cubrir esos vacíos; la mayor atención historiográfica al testimonio legado por las instituciones y las elites en detrimento de la memoria popular; y las dificultades de conservación inherentes a toda memoria de tipo personal y cotidiana, son algunas de las razones que llevaron a desarrollar la RedAIEP, con el fin de integrar a los investigadores y centros españoles más empeñados en esa tarea, entre los que se encuentra también el Archivo de la Asociación Guerra y Exilio (AGE).
Se trata, por tanto, de establecer una estructura compuesta por profesionales que intervienen en los dominios de la conservación y estudio de testimonios procedentes de la memoria popular escrita, de cara a facilitar un conocimiento más completo de la realidad social española en la Historia y en el presente. Este proyecto se propone abrir nuevos yacimientos de conocimiento a historiadores e investigadores de otras disciplinas humanísticas y sociales, al tiempo que para éstos y para las entidades que trabajan en el campo de la memoria histórica supone una oportunidad de conocerse mutuamente, compartir sus ideas y experiencias, aprender unos de los otros y cooperar.