Víctor Pina, miembro de la Junta Directiva de AGE, nos envía desde Cuba esta nota necrológica del Dr. Luis Carlos García
Gutiérrez, más conocido como "Fisín", de origen cántabro por vía materna y muy vinculado por lazos de amistad a la familia de Cos, especialmente a Manuel y
Jesús de Cos y anteriormente a su tío Emeterio de Cos, cónsul de
España en Cuba en los años de la República española:
Foto de Fisín tomada el día de su 95 cumpleaños |
El Dr. Luis Carlos García
Gutiérrez, Fisín, falleció este 22 de octubre, cuando le faltaban
apenas unos días para cumplir 97 años. Había nacido en la barriada
Habanera de Lawton, el 4 de noviembre de 1918. Su madre española
(cántabra) y el padre puertorriqueño emigrado a España, ambos se
conocieron y casaron en Cuba. De niño, Fisín trabajó duro en la
huerta familiar, después de joven en otros empleos al tiempo que
adelantaba en sus estudios hasta lograr graduarse en Estomatología,
a los 23 años. Precisamente había optado por esa profesión para
poder comenzar a ejercerla aun siendo estudiante y de ese modo poder
costearse la carrera. Desde muy temprano tuvo inquietudes políticas
y se vinculó a obreros revolucionarios y comunistas, inició su
militancia comunista activa a los 15 años, y la mantuvo
ininterrumpidamente a lo largo de su vida, durante años desde la más
rigurosa clandestinidad.
Tuvo una afortunada trayectoria
como profesional, que pudo ir mejorando progresivamente sus
consultorios, dentro y fuera de La Habana, hasta lograr una
distinguida clientela que incluía a numerosas personalidades del
arte, y antes de ser clandestino se ocupaba también de atender
pacientes en la Clínica que sostenía el Partido Comunista. Fue un
permanente y audaz investigador que buscaba siempre lo más avanzado
y presentaba sus estudios en eventos científicos dentro y fuera del
país. Por ese camino y a partir de la acumulación de anteriores
experiencias, en 1953 se aventuró, en caso que llegó a su consulta,
a trasplantar un tercer molar embrionario a la cavidad del segundo,
con excelentes resultados, hecho que fortuitamente fue publicado en
una importante revista de Estados Unidos, y que al correr de los años
le valió el reconocimiento científico por la primera manipulación
documentada de células madres.
Como militante de base se destacó
en las acciones de calle y campañas de recaudación de fondos y a
favor de los candidatos comunistas a las elecciones, estuvo preso y
fue locutor en los programas radiales del Partido. También practicó
deportes. Después del asesinato del líder azucarero comunista Jesús
Menéndez y el auge de la represión anticomunista, el Partido
decidió aprovechar sus habilidades como dentista para incorporarlo a
una muy secreta actividad clandestina que consistía en falsificar
pasaportes y otros documentos así como enmascarar a compañeros
perseguidos para que pudiesen viajar y preservar sus vidas.
Después del triunfo de la
Revolución abandonó su próspera consulta privada y se incorporó a
los órganos de la seguridad del Estado. Fue fundador del laboratorio
de Antropología devenido Laboratorio Central de Criminalística, y
más tarde también fundador y director del Carné de Identidad.
Entre sus tareas y responsabilidades en el Ministerio del Interior
(MinInt) estuvieron, entre otras, la organización de la técnica
canina, la subdirección de la escuela de contrainteligencia y un
trabajo en el exterior con rango diplomático destinado a asegurar
suministros para la industria de componentes electrónicos. Alcanzó
el grado de coronel y obtuvo las más importantes condecoraciones.
Tras su jubilación, retornó a su profesión como dentista en el
Centro de Investigaciones Médicas (Cimeq), trabajó en una clínica
de implantes dentales en España y durante varios años fue jefe de
la clínica estomatológica del Centro Internacional de Recuperación
Neurológica (Ciren), hasta su jubilación definitiva.
Siendo ya
octogenario se decidió a escribir parte de sus memorias, que dejó
recogidas en dos libros: La otra cara del combate, en el que relata
junto a valiosos testimonios compilados por él mismo en entrevistas,
cómo su experiencia clandestina en cambiar la apariencia y facilitar
el movimiento de compañeros fue el antecedente para que lo llamaran
a enmascarar al Che, durante su estancia en Tanzania luego de su
experiencia guerrillera en el Congo y facilitar su traslado a Praga,
de lo cual surgió una relación entre ambos que lo llevó a
participar en el entrenamiento del destacamento guerrillero que se
preparaba para acompañar al Che a Bolivia, y del que fue excluido en
el último momento dada su edad, pero con la promesa del Che de que
lo mandaría a buscar tan pronto tuviese una zona liberada, para el
trabajo clandestino. De este libro pudo trabajar en una segunda
edición corregida y aumentada.
Su otro texto testimonial fue “En
torno al sillón, apuntes de vida y de batalla”, recoge parte sus
experiencias en más de siete décadas de ejercicio profesional como
estomatólogo, al mismo tiempo que pasajes de su vida revolucionaria,
costumbrismo, cuentos de viaje y anécdotas simpáticas que muestran
diferentes facetas de la vida de este destacado revolucionario, que
pasados sus 95 años declaraba en una antológica entrevista para la
Revista Bohemia:
“No
sé cómo me las voy a arreglar cuando llegue a viejo”.
Su
cadáver, fue cremado y en horas de la tarde se realizó la ceremonia
de inhumación de sus cenizas, iniciada con una marcha solemne de los
asistentes, hasta el panteón de los Veteranos en el cementerio de
Colón, tras el vehículo de protocolo militar que transportaba la
urna bajo la bandera cubana y antecedido por la exposición de todas
sus condecoraciones y la banda de música; disparos de salva, toque
de silencio, y una despedida del duelo en la que se hizo el recuento
de su vida, méritos y distinciones recibidas, a cargo de otro
coronel del Minint. Seguidamente se pasó al interior del panteón
donde la urna fue finalmente depositada en un nicho, en el área de
los combatientes de la Sierra y la Clandestinidad.