Cuando todavía no
hemos conseguido que el Congreso de los Diputados renuncie a convocar a los miembros de la Comisión de
Defensa en el Alcázar de Toledo el próximo día 18 de julio, a pesar que a raíz
de la denuncia republicana (a la cual se sumaron PNV e IU) el hecho se ha
convertido en escándalo público.
Cuando todavía resuena el vergonzoso desprecio del gobierno español al negar a los “niños de Rusia” que residen en Moscú la subvención para mantener el local social que tienen abierto en la capital rusa, tenemos que indignarnos de nuevo ante la penosa situación que viven los “niños de la guerra” retornados, los cuales no cobran la pensión rusa desde el mes de enero del presente año.
Efectivamente, la administración rusa ha dejado de pagar la pensión a estas personas, todas ellas de más de ochenta años, que trabajaron de cuarenta a cuarenta y cinco, razón por la cual la administración española también dejó de pagarles el complemento de pensión que se les había asignado porque la pensión rusa ni tan solo alcanza la misma cantidad que la mínima de la Seguridad Social. La insensibilidad de la administración Putin ha hecho posible incluso el utilizar como argumento para negárselo el que era necesaria la tramitación de los trámites burocráticos anualmente a través de fe de vida dirigida al Fondo de Pensiones, traducidas a la lengua rusa y verificadas por un notario, vulnerando, así, el convenio entre ambos estados de 1996.
Personas de más de ochenta años, muchas de ellas solas, absolutamente desamparadas, hasta el extremo que las hay que ni tan solo pueden costear la residencia donde viven. Y la administración española se ha limitado a enviarles una carta comunicándoles que no cobrarán el complemento de mínimos. Y que espabilen!
Es evidente que quien tiene que espabilar son los ministerios afectados. Es lo que exigimos. Sin embargo, nos cuesta hacerlos mover pieza. Esta semana habrá otros contactos, pero cuando cuesta tanto hacer ver a políticos y funcionarios cuan imperdonable es su indolencia y falta de sensibilidad respecto a estas personas, víctimas de la enorme tragedia provocada un 18 de julio de hace 76 años, uno se da cuenta del alto precio que seguimos pagando por la desmemoria.
Una desmemoria que permite que el presidente de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados considere normal convocarnos, a los miembros de la Comisión, el 18 de julio en el Alcázar de Toledo.
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