El próximo domingo, 26 de abril, se celebra en Francia el día de la
Deportación. Las flores inundarán los monumentos repartidos por todo el
país que recuerdan a las víctimas de los campos de concentración.
Hombres, mujeres y niños brindarán su reconocimiento y demostrarán su
agradecimiento y cariño a quienes sufrieron la barbarie nazi como
castigo a su compromiso con la libertad.
Tras 96 años de larga vida, dos guerras en las que defendió la libertad
de España y de Europa y cuatro años de durísimo cautiverio en
Mauthausen, Luis Perea se marchó sin hacer ruido, convertido en humo y
cenizas, como sus más de 5.000 compañeros asesinados en los campos
nazis. El luchador manchego nunca fue homenajeado en su pueblo natal,
Socuéllamos. Esa espina la sigue teniendo su hija clavada en lo más hondo
de su corazón: «He escrito varias veces al ayuntamiento pero ni siquiera
me han contestado. Yo quería que recordaran a los siete vecinos de ese
pueblo que acabaron en los campos nazis. ¡No solo a mi padre! ¡Los siete
merecen ese homenaje! Pero…».
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Homenaje en Ravensbrück y Sachsenhausen:
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