Manolo Velasco, Presidente de AGE-Andalucia nos envía esta noticia:
Hoy, 15 de mayo, hemos realizado la II Marcha hacia la finca Gambogaz, reivindicando que esta finca de la que se apropió el criminal Queipo de Llano en 1937 pase a ser patrimonio público.
La finca ubicada en el término municipal de Camas fue regalada al citado general como un trofeo de guerra, premiando así la ocupación de Sevilla bajo su mando, a manos de tropas regulares y marroquíes en julio de 1936. A la finca fueron llevados después cientos de jornaleros presos para que trabajarán como mano de obra esclava.
Queipo, famoso por su carácter violento, sanguinario y borrachín, no dudó a través de la radio en incitar a las bandas fascistas para violar mujeres republicanas. De sus mensajes con voz "aguardentosa" quedaron registradas literalmente las siguientes palabras: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.
Llama la atención saber que en Los Corrales y en otros pueblos de la provincia, en 1946, este repugnante personaje fuese declarado "hijo predilecto" y dedicada en nuestra localidad la actual calle Nueva con su nombre, hasta que en 1979, el primer ayuntamiento democrático echó abajo la placa y eliminó su denominación del callejero.
Hoy de nuevo unas 200 personas hemos hecho una marcha hasta la finca Gambogaz que disfrutan sus herederos, para denunciar esta aberración histórica y para que pase a propiedad pública.
A pesar de los años transcurridos, para vergüenza de la Jerarquía eclesiástica, este criminal de guerra permanece aun enterrado con todos los honores en la Basílica de la Macarena, de la que era "hermano mayor".
Las asociaciones de Memoria Histórica denunciamos que, tanto la Junta de Andalucía, como el Arzobispado, como la Hermandad, están incumpliendo el artículo 32 de la Ley de Memoria Histórica, aprobada en el Parlamento andaluz en marzo de 2017, por mantener expuesto al público y al culto este símbolo del peor fascismo y de la Dictadura.
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