Ayer fue un día de emociones en el cementerio de Ciriego de Santander, donde nos dimos cita un reducidísimo grupo de personas con Juan Diego Botto, que se encontraba este fin de semana en Santander representando la obra "Una noche sin luna", sobre textos de Federico Garcia Lorca. Quiso acercarse al cementerio para visitar la tumba u osario donde se encuentran los restos de Rafael Rodriguez Rapun, el gran amor de Lorca, que murió en Cantabria, en el frente de batalla, un año después de que asesinaran a Federico.
Aún se conserva una carta que le escribió Rapún a Lorca y que Juan Diego Botto leyó ante su tumba. Fue muy emotivo y nos sentimos privilegiadas de poder vivir aquel momento. Formaba parte de la grabación de un documental que está realizando sobre la obra de teatro.
Después quiso visitar la fosa común del cementerio de Ciriego, donde se sorprendió al saber que allí hay más de mil personas enterradas, aunque es de las pocas fosas en España que lleva ya 21 años dignificada con los nombres de los allí enterrados, gracias a la labor principalmente de Antonio Ontañón y de otras personas que le ayudamos en su día, y donde conmemoramos cada año el 14 de abril recordando a los republicanos y republicanas allí enterrados.
Le conté brevemente la historia del Cariñoso y de su compañera, María Solano y su hija Josefina y de los traumas que arrastró toda su vida María Solano. Botto es muy sensible a ese tema y sabe mucho del desarraigo del exilio por haberlo vivido en su propia familia.
Fue una visita inolvidable e inesperada que agradecemos a este gran actor al que seguimos desde hace tiempo, especialmente desde que interpretó a un guerrillero antifranquista en la película "Silencio roto" de Montxo Armendáriz en 2001, justo cuando se levantaban los monolitos de Ciriego para recordar a las víctimas fusiladas.
Mari Sol Gonzalez
Delegada de AGE en Cantabria
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