jueves, 6 de febrero de 2025

Las evacuaciones de los niños 1937-1939 se presenta en el Centro Español de Moscú

 


El próximo 8 de febrero de 2025 Maria Teresa Casero, miembro de la Junta Directiva de AGE, presentará en el Centro Español de Moscú "Las primeras evacuaciones de los niños. España 1937-1939".

Con ese motivo Dolores Cabra, secretaria General de AGE nos comunica:

Como  investigadora de la historia de los niños y defensora de su memoria, desde Archivo Guerra y Exilio (AGE) debo seguir defendiendo  la misión encomendada por sus últimos presidentes: Alfonso Saavedra, Alberto Fernández, Francisco Mansilla y la actual presidenta,  María Teresa Casero, como todos ellos vocal de AGE, enmarcando la necesidad de que las instituciones rusas comprendan la importancia que el Centro Español tiene para Rusia, y viceversa en España.

Hay que apostar por un proyecto común, en el que se vea todo lo que los Niños de la Guerra aportaron a la medicina rusa, a su arquitectura, cultura, música, etc. Todas ellas profesiones que ejercieron los miles de niños españoles que permanecieron como adultos en el país que les acogió. Sin contar los centenares que murieron –la mayoría de manera anónima- luchando en el frente de guerra contra la invasión nazi o en la retaguardia.

En el acto María Teresa nos hablará de las Casas de niños. Eso era fundamental para un@s muchach@s que dejaban todo atrás en una edad tan joven y partían sol@s hacia una profunda aventura que no tenía nada de vacacional, aunque un poco se lo hubieran contado así: encontrar una casa, un refugio que paliara la ausencia de los amigos y compañeros que quedaron atrás, una lengua común para entender derechos con los vecinos que habitaban ahora sus vidas en un país extraño...
 
Sin embargo esa ausencia y nostalgia de abuelas y madres y patios de juego y escuelas con amigos y maestros, esa infancia y adolescencia truncadas debido a esa partida en la oscura clandestinidad, casi sin despedidas, sin besos y abrazos a los más queridos, porque las bombas podían caer sobre ellos en aquellos barcos que los transportaban si se oía el menor ruido, era esencialmente lo importante para evitar la muerte.
 
Ahora, casi noventa años después, toda esa vida, esfuerzo, sacrificio, dolor... también aprendizaje, conocimiento, emprendimiento de nuevas vidas, enfrentamiento a guerras terribles en plena adolescencia, luchando como guerrilleros contra los criminales nazis que se llevaron lo mejor de sus vidas, necesitamos que no se olvide, que se recuerde, que lo sepan nuestros hijos y nietos y biznietos, y sobre todo, que sea parte esencial y fundamental de nuestra Historia y Memoria común, la de dos pueblos unidos por la solidaridad de los niños de la guerra, de los niños de todas las guerras. 
 

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