El 27 de septiembre se cumplen 50 años de los últimos fusilamientos perpetrados por la dictadura franquista, a pesar de las protestas internacionales que hubo en esa época e incluso la petición del Papa para que Franco conmutara la pena de muerte de José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz, Angel Otaegi y Jon Paredes (Txiki). Fueron condenados por Consejo de Guerra en cuatro Tribunales Militares en unos juicios-farsa, sin pruebas y lleno de irregularidades.
En este 50 aniversario se suceden en todo el Estado los actos en su memoria y las peticiones para acabar con la impunidad del franquismo (en Madrid, Barcelona, Vigo, Murcia, Valencia, Nafarroa, Euskalherría, Las Palmas de Gran Canaria...):
Pero también Dolores Cabra, Secretaria General de AGE, quiere recordar a dos compañeras que fueron encarceladas en las mismas fechas que ella, ya cercana la muerte de Franco: María Jesús Dasca y Concha Tristán, que fueron torturadas de forma salvaje, condenadas a muerte y posteriormente, con la ley de Amnistía, quedaron en
libertad. Fallecieron ambas muy
tempranamente, después de su paso por las manos de expertos
torturadores que debieron dejar secuelas insalvables: Xussa murió con 52 años y
Concha con 54 años. "Durante mi paso por la prisión de Yeserias sólo pude
verlas una vez, pasaron el tiempo aisladas o en celdas de castigo..."
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