Ha fallecido a los ochenta años el pasado día 20 Ludmila
Sinianskaia. Nacida en Moscú, hija de un militar, desde muy joven hubo de
hacerse cargo de sus hermanas menores por la muerte de su madre y la desaparición
de su padre. Tras la guerra mundial pudo estudiar en la Universidad de Moscú,
especializándose en filología románica.
Casó con el joven periodista Juan Cobo, niño de la guerra
español, y entró a trabajar en el Ministerio de Cultura de la URSS y
posteriormente en la Unión de Escritores, donde llegó a ser miembro de su Junta
Directiva.
Dedicó su vida profesional a la traducción de autores
hispanos, llegando a ser una de las más importantes traductoras a la lengua
rusa de los principales autores contemporáneos. Entre sus traducciones destacan
las más importantes obras de García Márquez, Carpentier, Vargas Llosa, Neruda,
Cortazar, Otero Silva, Onetti, Borges, Vázquez Montalbán, Buero Vallejo,
Goytisolo, y un largo etcétera siempre de literatura actual. Las ediciones de
estas obras traducidas por ella han popularizado y dado a conocer entre los
millones de lectores en lengua rusa lo mejor de la literatura española y
latinoamericana, con tiradas de millones de ejemplares.
En 1991, el matrimonio se instaló en Valencia y
posteriormente en la pequeña población de Alcossebre, donde han fallecido ambos
con sólo seis meses de diferencia.
La labor de difusión de la imagen de España realizada por
ambos cónyuges durante cuarenta años, ella como introductora magistral de la
literatura y la cultura española y latina, y él como corresponsal y polemista
describiendo para el público ruso la realidad española de forma realista y
profunda, ha sido esencial en estos últimos años. La continua y fina labor de
este matrimonio ha sido muy importante para que Rusia conozca hoy mucho más
profundamente la realidad y la cultura española.
Tuvieron además Juan Cobo y Ludmila Sinianskaia una siempre
presente preocupación por la preservación y la consideración de la memoria de aquella
generación de españoles que desde su exilio en la URSS y desde su presencia en
España hicieron por dar vida a esa historia común, y Ludmila quiso dedicar un
gran esfuerzo en sus últimos días a recoger la memoria de su marido y su
familia para que quedara a disposición ordenada de la investigación. La
colaboración que desde muchos años atrás habían mantenido ambos con la Asociación
AGE, dedicada a la recuperación de la memoria histórica española y con
profundas raíces en ese importante colectivo exiliado, ha permitido que
importantes testimonios históricos pasen a archivos públicos tanto en Rusia
como en España.
Ludmila Sinianskaia no sólo era una de las grandes difusoras
y traductoras de la literatura en español, era sobre todo un verdadero
referente moral, una persona de ética íntegra, generosa, prudentísima, una
persona solidaria que siempre tuvo la virtud de querer poner sus problemas en
un segundo lugar ante los problemas de las gentes que acudían en busca de su
ayuda o de su consejo.
Hasta el último momento mantuvo una espectacular lucidez,
una sólida actitud moral y una amable actitud de simpatía hacia quienes convivían
con ella.
Juan Barceló
Vocal de la Junta Directiva de la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE)
Obituario en El País, 7 de mayo de 2013
La Voz de Rusia, 13 de junio 2013
Obituario en El País, 7 de mayo de 2013
La Voz de Rusia, 13 de junio 2013
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