Araceli Ruiz Toribios ha fallecido durante la madrugada de hoy, 26 de febrero de 2021, a los 96 años de edad. Desde hace un año vivía en la residencia "Rey Pelayo" de Gijón, en la
que se nos fue sin padecimiento, en la noche, en su último barco, hacia
la otra orilla.
Entidades
memorialistas empeñosas en que a Araceli no sólo se le haga un
homenaje, sino que su nombre figure para dar vida a una calle, plaza,
parque, escuela... nos hemos reunido esta noche para poner todo nuestro
esfuerzo en hacerlo posible.
Araceli
comentaba que se solía decir que una generación está compuesta por
seres humanos nacidos en un mismo año, pero que ella creía que el
término era mucho más amplio en la vida real ya que en la práctica las
generaciones vienen marcadas por una serie de hechos históricos y
sociales que caracterizan una época determinada. "La mía, solía decir, es
la generación de los llamados niños de la guerra, de nuestra Guerra
Civil Española del año 1936, niños y niñas que habíamos nacido entre los
años 1924 a 1931 y que al estallar la guerra teníamos entre los 5 y los
12 años, la edad de la infancia consciente.
Aquellos niños que se
encontraban en una zona u otra del conflicto vivimos la misma
experiencia, el mismo miedo, el mismo sufrimiento, todo lo cual jamás hemos
podido olvidar y de un modo u otro nos ha marcado, influido y dejado
huella durante el transcurso de toda nuestra vida. Aquellos niños de la
guerra somos hoy hombres y mujeres en la plenitud de nuestra madurez
humana y profesional, muchos han muerto ya y otros somos abuelos
privilegiados pues hemos llegado hasta hoy día y lo podemos contar. Yo
voy a relatar en breve y en rasgos muy generales la vida de mi
generación desde mi punto de vista pues cada persona tuvo su vida, su
opinión y sus particularidades. Yo contaré algo de mi vida personal, de
mis vivencias y de algunos episodios que nos ha tocado vivir a los niños
que en el año 1937 tuvimos que abandonar nuestra familia nuestro pueblo
nuestra Patria y por un período que jamás pudimos adivinar.
En casi 2
años de guerra salimos de España hacia los diversos países la cantidad
no desdeñable de cerca de treinta y cuatro mil niños entre los 5 y los
15 años. A mí que también era niña entonces y ojalá hubiera nacido mucho
más tarde, me tocó salir por mar desde el puerto del Musel de la ciudad
de Gijón, donde vivía con mis padres y hermanas; salimos el 23 de
septiembre de 1937 cuatro hermanas, la mayor Águeda iba en calidad de
educadora y acompañante de los niños, tenía 23 años, yo que tenía 12, la
que me seguía, Conchita, tenía 10 y la más pequeña, Angelines, había
cumplido los 5. En Gijón quedaba mi madre con dos de mis hermanas
mayores que yo, que evacuaron rumbo a Francia, pero llegaron a Valencia y
enseguida regresaron a Gijón. Mi padre estaba movilizado. Las cuatro
hermanas salimos de Gijón rumbo a Rusia.
Aquella noche es imborrable
para todos los que integramos el grupo asturiano, cruzamos Gijón
sumergido en la oscuridad y llegamos al puerto del Musel donde nos
esperaba un barco mercantil francés frío, sucio y triste. Los marineros
que andaban en la cubierta eran chinos. Los que nos despedían eran muy
pocos, ni lágrimas ni discursos, viajaríamos en la bodega de este
mercante del que nadie recuerda su nombre y en unas condiciones muy
malas. Aquella noche nos marcó una nueva vida, esta noche la reflejó muy
bien un compañero nuestro, un niño que salió también desde Gijón y que
perteneció a nuestra generación, pero que ya no está entre nosotros quedó
como muchos en el camino. Escribió un poema cuyos versos reflejan con
claridad la tragedia vivida. Aquella noche de otoño la travesía que
recorrimos hasta llegar a Francia a mí personalmente me pareció una
eternidad no recuerdo haber comido ni bebido nada en todo el trayecto
pues íbamos muy mareados, tampoco recuerdo dónde me encontraba yo pues a
mis hermanas no las vi, aún no recuerdo estar junto a ellas, lo
que recuerdo muy bien fue cuando llegamos al puerto francés de
Saint-Nazaire y el recibimiento tan caluroso que nos hizo el pueblo
francés, recuerdo que nos traían panecillos con queso y mermelada y que
me pareció un manjar, lloré con gran sentimiento creo que de alegría de
que alguien se preocupara por nosotros.
Al poco
tiempo de atracar nuestro mercante ya era de noche cuando vimos que se
acercaba a nuestro costado un hermoso buque todo blanco, muy iluminado y
nos pareció muy alegre y un verdadero palacio, vimos que ondeaba la
bandera roja con la hoz y el martillo y llevaba el nombre de
Kooperatsiia, nos dimos cuenta de que era un barco ruso y enseguida se
corrió la voz de que venía a por nosotros".
Y así
sigue narrando Araceli toda esta peripecia del viaje hasta llegar a
Leningrado donde fueron agasajados con un caluroso y hermoso
recibimiento, eso era el 4 de octubre de 1937, "hacía bastante frío y en
el puerto nos esperaba una enorme gentío con orquestas tocando marchas,
con banderas rojas, algunas republicanas y con muchos retratos de una
misma persona, Stalin, que pronto significó todo para nosotros pero en
ese momento era el retrato de un hombre con bigotes que para muchos no
significaba nada porque no le conocíamos. Después nos enteramos de que
en unas pancartas con letras rusas decía: saludamos a los hijos del
heroico pueblo español.
Habían hecho casas de niños
especialmente para que nosotros pudiéramos alojarnos y seguir
aprendiendo en nuestra lengua y con los libros en castellano. Mis
hermanas y yo quedamos en la casa de niños de Leningrado y a la más
pequeña la llevaron a las afueras de la ciudad donde había una casa de
niños para los más pequeños. Yo terminé el sexto grado en
Leningrado..."
Y continúa Araceli escribiendo estos retazos de memorias inéditas que utilizaba para dar charlas en los colegios e institutos. Sigue narrando toda su vida y su historia en aquellas tierras a las que adoraba y
dice, concluyendo esta parte de sus memorias, que "con todos los
materiales publicados al alcance de la mano y el interés y amor de
aquella sociedad, nuestra formación cultural tenía una base sólida,
profunda y parecía que no estábamos tan lejanos de nuestra tierra ya que
desde nuestra infancia nos íbamos interesando más y más por nuestro
origen y nuestro pasado.
Quizás más que estando en
nuestra propia tierra el mantenimiento de nuestra cultura popular fue
una de las grandes preocupaciones de todo el personal que nos rodeaba y
podemos decir, sin lugar a dudas, que la formación cultural de los niños
españoles evacuados y después residentes en la URSS fue voluntaria en
su conjunto aunque para ello contábamos con todos los ingredientes
necesarios y propicios.
El
año 1960 después del triunfo de la Revolución Cubana se necesitaban
especialistas de habla española. El Ministerio de Defensa de la URSS nos
pidió ayuda a los españoles y así en el año 1961 nos fuimos a Cuba mi
esposo, mi hija de 6 años y yo. Trabajamos en Cuba mi esposo y yo en
calidad de intérpretes del idioma ruso ayudando a los militares asesores
soviéticos a la llamada de ayuda a Cuba que presentó el gobierno. Se
presentaron voluntarios unos 150 españoles niños de la guerra. Fueron
médicos, economistas, ingenieros y otros muchos fuimos como traductores
para facilitar enormemente la labor de coordinación entre rusos y
cubanos. En el año 1964 allí en La Habana, el Che Guevara consiguió que
nuestros padres a los que no habíamos visto desde la evacuación, fueran a
La Habana y nos encontramos con ellos después de casi 30 años de
separación. Fue muy emocionante, presenciaron el nacimiento de mi hija y
fueron sus padrinos.
Este pequeño episodio demuestra la gran humanidad y
la bondad del mítico héroe, el Che Guevara. Yo nunca lo podré olvidar: mis
padres estuvieron junto a nosotros cuatro meses, en el año 1966
abandonamos Cuba y de nuevo nos integramos en la sociedad moscovita.
Trabajé en el Comité Estatal de radio y televisión de la URSS en la
dirección de transmisiones para España y América Latina en la sección de
correspondencia con los oyentes. Trabajé allí hasta mi jubilación en el
año 1980 y enseguida me repatrié con mi hija menor. La mayor estaba
casada y yo había quedado viuda, mi esposo falleció en el año 1975. En
España siguió mi odisea pues con la pensión que me enviaban de Rusia no
me llegaba ni para pipas además esta pensión varía de acuerdo al Curso
Internacional del dólar por eso me vi obligada a trabajar de lo que
fuera y empecé a trabajar de interna como empleada de hogar. Es curioso
porque me llegaron a preguntar alguna vez qué había estudiado, dije
que económicas y me dijeron que dónde, cuando dije que en la Unión
Soviética me dijeron que si era economía marxista, como si la economía
fuera diferente en un lugar que en otro.
En esos años de mi regreso
organicé una asociación de repatriados de Rusia aquí en Asturias, pues
como se suele decir la unión hace la fuerza y dentro de esta asociación íbamos como podíamos empezando dentro de la comunidad por
distintas instituciones por ejemplo el Instituto de la Emigración, la
Fundación Largo Caballero etc. Ya mucho más tarde, en el año 1995
conocí a Dolores Cabra y la Asociación Archivo Guerra y Exilio y me hice
socia de la misma. Hemos trabajado conjuntamente con otros niños y niñas
de la guerra evacuados en la Unión Soviética para conseguir una pensión, lamentablemente no ha sido posible y en el año 2005 conseguimos por fin una
prestación, eso quiere decir que cuando la persona que percibe ese
dinero fallece, la viuda o el viudo no tienen derechos pero así están las
cosas de la democracia en este país llamado España.
Desde ese momento
empecé a hacer un recorrido continuo por diferentes institutos, centros
de enseñanza, colegios, universidades, por diferentes zonas de España y
también fuera de España para poderles explicar a los jóvenes lo que
había sido la odisea de nuestra vida, este periplo tan complicado pero
del que habíamos salido profundamente enriquecidos aunque la huella
fuera profunda".
El último
acto de relevante importancia en el que Araceli fue tan importante
aconteció en 2017. AGE organizó un viaje con niños y niñas de la guerra
para celebrar el 80 aniversario de la evacuación a la URSS. Moscú y
Obninsk fueron las ciudades elegidas, contando siempre con el apoyo de
los Consulados ruso y español, de la Embajada española y del Centro
Español de Moscú. Evento que generó el suficiente e importante material
documental para colaborar en los testimonios que dan vida a la película
"Huérfanos del olvido", dirigida por el burgalés Lino Varela, y para
completar el proyecto de la directora Helena Bengoetxea sobre las niñas
de la guerra que quedaron en Cuba, de las que Araceli era gran amiga.
Las niñas y niños de la guerra de AGE, los socios, amigos y colaboradores, otras entidades que te recuerdan, tus numerosísimos amigos y amigas. Quienes te queremos, te llevaremos siempre en el corazón.
Dolores Cabra
Secretaria General de AGE
Publicado en la prensa asturiana:
El sábado 6 de marzo en Gijón se le tributará un homenaje en la playa del Arbeyal, ante el monumento de los niños de la guerra evacuados en 1937:
Más de dos centenares de personas se sumaron al acto de reconocimiento a las niñas y niños de la guerra ante la estatua dedicada a ellos en L’Arbeyal:
Niños de la guerra evacuados a la URSS fallecidos en 2020/2021 cuyos nombres fueron recordados en el homenaje a Araceli Ruiz del sábado 6 de marzo de 2021:
1. Pablo Romero Rodríguez. Enero 2020, Moscú.
2. Maria Pacita García García. Enero 2020, Nemchinobka, prov. Moscú.
3. Carmen Garran Villareal. Marzo 2020. Pavlov Posad, prov. Moscú.
4. Carmen Unanue Abalos. Marzo 2020. Zavolzhie, prov. Rostov del Don.
5. Asunción López González. Marzo 2020. Moscú.
6. Francisco Navamuel Arguedas. Octubre 2020. Moscú.
7. Juanita Prieto Valencia. Noviembre 2020. Basauri (Vizcaya)
8. Emilio Falcón Diez. Diciembre 2020. Chitá.
9. Alvarina Rodriguez Vallina. Diciembre 2020. Gijón (Asturias).
10. Armando Valdés Ordieres. Enero 2021. Oviedo (Asturias)
11. Luis Garcia Luque. Enero 2021. Moscú.
12. Gloria Ascención Revuelta García. Enero 2021. Moscú.
13. Antonio Mije Moreno. Enero 2021. Moscú.
14. Luís María Ruíz de Eguilaz Lope. Enero 2021. Vsevolozhsk, prov. Leningrado.
15. Catalina Istúriz Fernández. Enero 2021. Serguiev Posad, prov. Moscú.
16. Araceli Ruiz Toribios. Febrero 2021. Gijon (Asturias)
17. Isabel Argentina Alvarez Moran. Febrero 2021. La Habana.
1. Pablo Romero Rodríguez. Enero 2020, Moscú.
2. Maria Pacita García García. Enero 2020, Nemchinobka, prov. Moscú.
3. Carmen Garran Villareal. Marzo 2020. Pavlov Posad, prov. Moscú.
4. Carmen Unanue Abalos. Marzo 2020. Zavolzhie, prov. Rostov del Don.
5. Asunción López González. Marzo 2020. Moscú.
6. Francisco Navamuel Arguedas. Octubre 2020. Moscú.
7. Juanita Prieto Valencia. Noviembre 2020. Basauri (Vizcaya)
8. Emilio Falcón Diez. Diciembre 2020. Chitá.
9. Alvarina Rodriguez Vallina. Diciembre 2020. Gijón (Asturias).
10. Armando Valdés Ordieres. Enero 2021. Oviedo (Asturias)
11. Luis Garcia Luque. Enero 2021. Moscú.
12. Gloria Ascención Revuelta García. Enero 2021. Moscú.
13. Antonio Mije Moreno. Enero 2021. Moscú.
14. Luís María Ruíz de Eguilaz Lope. Enero 2021. Vsevolozhsk, prov. Leningrado.
15. Catalina Istúriz Fernández. Enero 2021. Serguiev Posad, prov. Moscú.
16. Araceli Ruiz Toribios. Febrero 2021. Gijon (Asturias)
17. Isabel Argentina Alvarez Moran. Febrero 2021. La Habana.
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