Este sábado 8 de mayo hemos conmemorado el 76 aniversario de la liberación del campo de Mauthausen y otros campos, donde perdieron la vida miles de republicanos españoles, entre ellos 55 cántabros, cuyos nombres figuran en el monumento que en 2001 se erigió en el Parque de la Ría, de Revilla de Camargo, gracias al empeño de Jesús de Cos, cuyo padre, Donato de Cos, murió en Gusen en 1941.
Han asistido representaciones de diversos partidos y colectivos
(Juventudes Socialistas, IU de Camargo, PCPE, Colectivo Memoria de
Laredo, Republicanos Cantabria y dos concejales del Ayuntamiento).
Mari Sol Gonzalez, delegada de AGE en Cantabria, dedicó unas palabras de recuerdo a estas víctimas que siguen sin un reconocimiento oficial en su propio país y resaltó que hoy en día ya no quedan supervivientes, pero quedan sus descendientes y su memoria, que debe preservarse y darse a conocer a las generaciones más jóvenes para que la Historia no vuelva a repetirse y poder cumplir el juramento que se hicieron los supervivientes cuando salieron del campo: “Jamais ça”. Nunca más.
La mayoría de nuestros jóvenes desconocen por completo la lucha que llevaron a cabo estos republicanos españoles que, sin importarles las fronteras, siguieron combatiendo fuera de su país contra el fascismo y el nazismo. Hoy más que nunca tenemos que ser conscientes de que el peligro sigue ahí y como decía Bertolt Brecht “La bestia que les engendró sigue en celo”. El discurso del odio se está instalando como algo habitual y cotidiano, propagado ahora por la facilidad que dan las redes sociales. Y no solo en España. Es preocupante que en países como Francia, que siempre ha sido nuestro referente en cuestión de libertades, se den situaciones como hace unos días en que miles de militares firmaron un manifiesto instando a tomar las armas para salvaguardar la nación que está en riesgo de disgregación, según ellos. Lo mismo que vimos aquí el año pasado cuando cientos de militares en la reserva firmaron un manifiesto similar y poco después otros decían que había que fusilar a 26 millones de españoles. La diferencia es que en Francia se les ha sancionado o expulsado del Ejército y aquí se ha echado tierra al asunto y no se ha sancionado a nadie.
Nosotros, siguiendo las enseñanzas que nos legaron nuestros republicanos, no podemos retroceder en las libertades que tanto ha costado conseguir. Tenemos que estar siempre alerta y no permitir el avance de ideas retrógradas que nos lleven a tiempos que no queremos revivir.
A continuación leyó las palabras que había enviado Maximino de Cos, de 99 años, hijo de Donato de Cos y se finalizó el acto con la música del que fue considerado himno de la resistencia entre los presos de los campos de concentración: Die Moor Soldaten (Los soldados del pantano).
Siempre en nuestro recuerdo. Felicidades por vuestro esfuerzo en que haya memoria histórica. Esperemos que algún día este país haga honores a nuestros republicanos.
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