En un estupendo día de sol, mientras algunos disfrutaban de la playa de Arenillas, en la localidad de Islares (Cantabria), cerca de Castro Urdiales, nos hemos reunido unas 70 personas para inaugurar el monumento en memoria de Paco Bedoya, el último guerrillero de Cantabria, que fue abatido a tiros en ese punto, el 2 de diciembre de 1957, cuando pretendía ir a Francia, para desde allí ir a Argentina a reunirse con su compañera y su hijo Ismael. La traición de su cuñado dio al traste con sus planes de libertad.
Hoy, 64 años después, le hemos recordado diferentes colectivos, tanto de Cantabria (AGE, Asociación Cultural Roberto el Pirata, Antifascistas de Castro, Colectivo Memoria de Laredo) como del País Vasco (Asociación Oroituz de Portugalete, o Ahaztuak 1936-1977), demostrando con ello que no pudieron vencer sus ideas, que perviven en el tiempo y que aunque las instituciones se nieguen a reconocer la lucha de aquellos que tuvieron la valentía de no doblegarse y de enfrentarse a la dictadura con todos los medios a su alcance hasta dar incluso su vida en el empeño, sigue habiendo un sentimiento colectivo de reconocimiento de su lucha.
Nosotros en AGE seguimos reivindicando el reconocimiento oficial de los luchadores por la libertad, como fue el caso de Paco Bedoya, de Juanin, del Cariñoso... esa inmensa cantera de hombres y mujeres cántabros que dejaron la vida para entregar a las siguientes generaciones un mundo en el que la palabra libertad tuviera el significado que ellos y ellas quisieron darle a sus descendientes, un mundo más justo y solidario en el que las palabras fascismo y dictadura fueran desterradas para siempre.
Vídeo del acto:
Publicado en El Faradio:
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