sábado, 21 de diciembre de 2024

Crónica del homenaje a Mikel Salegi en el 50 aniversario de su asesinato

 

El pasado sábado, 14 de diciembre, tuvo lugar en el palacio del Kursaal de San Sebastián un emotivo acto en recuerdo de Mikel Salegi cruelmente asesinado en 1974 en un control policial, cuando volvía de una cena con sus amigos. El acto, organizado por sus hermanas Itziar y Nekane que llevan 50 años buscando justicia, contó con numeroso público y la participación del bertsolari Ion Maia, un emotivo aurresku, txalapartaris, y la presentación del libro "Mikel Salegi, del recuerdo a la memoria". 
 
Vídeo del acto:
 
Más información:

 
Palabras de Itziar Salegi, hermana de Mikel durante el acto de homenaje:

Mikel, maitia. 50 años sin ti. Solo tenías 21 años cuando te robaron la vida. No ha sido fácil. Todavía siento tu vacío. Se me ha hecho difícil no compartir estos años contigo. No ver tu sonrisa, no hablar contigo, no reir juntos. Difícil ver sufrir a la ama, a la amona, a Nekane, a Miren. Difícil que no hayas disfrutado de nuestras vidas, nuestras familias, nuestras parejas. Difícil que no te conozcan nuestros hijos, ni sus parejas, ni los nietos de Nekane. Es difícil saber si hoy tendrías pareja, hijos, nietos. ¿Cómo serías tú ahora? En definitiva, se me ha hecho difícil tu ausencia en tantos momentos importantes de nuestras vidas. Maitia. ¡¡Cuánto has perdido!! ¡¡Cuánto hemos perdido!!
 
Y hoy, después de 50 años, aquí estamos para recordarte. Mikel, son muchas las personas que han participado en la organización de este acto con un enorme cariño e ilusión. Pero hoy aquí faltan dos personas muy importantes. Ama, Miren, hoy aquí os echamos mucho de menos. Dos mujeres fuertes y valientes. Imprescindibles en nuestras vidas. ¡¡No sabes cuánto han luchado por ti!! En su nombre Nekane y yo queremos contarte que en estos 50 años, las cuatro juntas hemos hecho todo lo que hemos podido para lograr justicia para ti, pero que no lo hemos logrado. Tu muerte es un crimen de Estado que sigue impune. 
 
No debería ser el trabajo de una familia, sino de las instituciones. Una familia no se merece hacer tantos esfuerzos, encima baldíos, para intentar conseguir lo que las instituciones democráticas deberían haberte dado de motu propio hace mucho tiempo: tus derechos humanos; justicia y verdad. 
 
En las instituciones no hemos logrado justicia, pero tampoco verdad. Lo siento maitia. Ni justicia, ni verdad. No hay esperanza con las instituciones. Nos han defraudado. Tú y las otras víctimas de la violencia del estado sois molestas en el relato que están construyendo. Tampoco se desclasifican los documentos oficiales. Tienen miedo a que descubramos la verdad. No saben cómo acallar vuestra voz, vuestro dolor. Os faltan al respeto y a la dignidad. 
 
Buscar durante 50 años verdad y justicia en las instituciones nos ha producido más dolor. La herida sigue abierta y el duelo sin hacer. Desde que he dejado de esperar NADA de las instituciones, la herida empieza a cerrarse y he comenzado a conseguir la serenidad y la paz interior necesarias para hacer por fin el duelo. Nuestra decisión me ha llenado de paz. Puedes estar tranquilo maitia, ya no nos van a hacer más daño porque ya no les miramos ni esperamos nada de ellas. Nekane y yo por fin vamos a curar la herida de nuestros corazones por tu cruel asesinato, por la masacre del funeral y por los 50 años de búsqueda infructuosa de justicia. 
 
Pero estábamos mirando al lugar equivocado. Había otro lugar al que mirar Mikel: la sociedad civil. La que nos ha acompañado a lo largo de estos 50 años, la que está ahora aquí. Ellos, junto con las asociaciones memorialistas te dan lo que las instituciones te han negado. Estamos muy agradecidas. Nos suavizan el dolor de corazón. 
 
Te robaron la vida y queremos devolvértela en forma de recuerdos de los 21 años que “SI” viviste. No queremos que nos roben eso también. 
 
Javier Buces y Aranzadi decidieron contar la historia de tu crimen y la masacre del funeral. Para ello les entregamos un pequeño pendrive lleno de documentos. Mikel, no sabes qué liberación sentí cuando pasó de mis manos a las de Javier. Tu historia estaba en buenas manos. Quedaría contada de forma leal y perduraría. Y por fin, mi mente y mi corazón se empezaron a liberar de la losa de tu muerte violenta. Y volvieron los recuerdos bloqueados de nuestros 21 años juntos. TU VIDA HA EMPEZADO A GANARLE A TU MUERTE. 
 
¿Y sabes qué, maitia? Ese día empecé a soñar contigo. Pero ya no era una pesadilla llena de guardias civiles que te mataban. Estabas vivo. Estábamos toda la familia en Errondo, nuestro hogar. Fue hermoso. Me alegró el corazón. 
 
ERRONDO: Esa casa nuestra tan querida. Ahora puedo mirar dentro de ella por un pequeño agujero. Por fin soy capaz de hacer un viaje al pasado antes de tu muerte y recuperar lo vivido. La casa abierta que a tanta gente acogió. Me produce una ternura infinita revivir a toda la familia junta. 
 
Luego estaba más triste, claro! Tu ausencia era dolorosa. Faltabais tú y el aita que se fue dos años antes. Por lo menos no tuvo que sufrir por tu asesinato. Luego la amona. Nos quedamos la ama y las tres y seguimos adelante CON TODO, como decía el aita. 
 
Te recuerdo rebelde con causa y rebelde sin causa, como tu indómito remolino en el flequillo. Alegre. Sonrisa preciosa, amplia, cómplice, pícara como tú mismo. Corazón generoso y solidario. Éramos cuatro hermanos con 5 años de diferencia. ¡Pobre aita, ama y amona! De txikis mucha guerra, de jóvenes mucha rebeldía. Juegos, travesuras, risas, alegrías, parrandas, guitarreadas. ¡Cuánta complicidad teníamos! 
 
¿Te acuerdas cuando éramos pequeños? La ama nos vestía limpios y resignada nos decía: “aguantad limpios por lo menos hasta el portal, luego haced lo que queráis”.. Globos llenos de agua desde la ventana de casa a los peatones. Juegos en las marismas de Amara. Juegos en la Plaza del Sauce, en la playa de la Concha……. ¡Cuánta paciencia tuvieron! ¡Fuimos muy queridos! 
 
¿Y de jóvenes? ¿Te acuerdas Mikel? Estábamos llenos de vida, abriendo los ojos al mundo que nos rodeaba. Estábamos llenos de ilusión y esperanza. Con unas enormes ganas de divertirnos. Fuimos juerguistas. La parte vieja era el lugar de encuentro, la casa de todos. Rebeldes y apasionados. Diversión y lucha antifranquista a partes iguales. Nos conocíamos todas las cuadrillas. Mikel, ahora no te gustaría. Ahora “lo viejo” es un parque temático para turistas. 
 
Queríamos cambiar el mundo. ¡Uff, queríamos cambiarlo todo! Además de divertirnos, anhelábamos un mundo diferente, hacerlo mejor, más justo, más libre. Vivimos aquellos años entre el miedo a la represión de la dictadura y la alegría de estar vivos.
 
Mikel, queríamos que tu muerte no fuera inútil. Hoy aquí siento que lo hemos logrado. Te cortaron las alas en la tierra, pero tú sigues volando por los espacios infinitos, y cuando quiero buscarte, te encuentro en las estrellas. 
 
Maitia, una vez me dijeron “nunca se van del alma quienes hicieron magia en tu vida”. Y tú la hiciste entre nosotros. Estás dentro de nuestro corazón. Vosotros también. Aita y ama, amona y Miren. Mikel, un honor ser tu hermana. ¡Desde siempre hasta siempre! ¡¡Te quiero hermano!!

Palabras de Nekane Salegi, hermana de Mikel:

Bueno, Ya estamos terminando. Me toca ahora a mi decir unas palabras. No es fácil, he roto varios borradores.

El relato de los hechos ya está hecho, parte de los recuerdos de la infancia en casa, en el colegio, en su ultima época ya están expresados con emoción, con verdad, con nostalgia.

Qué me queda a mi por añadir, mis anécdotas con él? Pienso que pierden fuerza al compartirlas, quedan en mi corazón, han sido parte de mi vida.

El horror de la pérdida, de la ausencia? Muchos de los que estamos aquí podemos, por desgracia, entender lo terrible que es la pérdida súbita de alguien querido, alguien que era parte de ti.

Los que vivimos aquellos momentos y aquellos años sabemos que aunque la libertad escaseaba, la alegría, la fuerza, la convicción de que algo debíamos y podíamos hacer ganaba al miedo que también campeaba por encima de nosotros.

Mikel era uno de tantos que aportábamos granitos de arena para que las cosas cambiaran.

Hoy mi mirada es para los que se perdieron que fuese parte de su vida, que no pudieron disfrutar de él, que fuese el tío cachondo que compartiera con ellos aficiones, momentos.

Quién sabe si sus inicios en la escalada se hubiesen convertido en pasión como la de mi hijo Julen . No le dieron tiempo.

Quién sabe los ratos de risas y vinos que hubiese compartido con mi hijo Ander, tan simpático como él? No le dieron tiempo.

Quién sabe las tertulias que hubiese podido tener con mi sobrino Joseba, amantes del debate los dos. No le dieron tiempo.

Y con su sobrina Angie?, no pudo conocerla tampoco.

Tampoco ha podido conocer a los otros hijos de Mikel Aitor y Lohitzune

Quién sabe qué familia podría haber añadido a la que hoy existe nacida del núcleo Salegi. Todo eso es lo que le arrebataron a él y a nosotros.

Y aquí estamos, 50 años después recordándole y añorándole. Mikel era un joven lleno de vida, ilusiones, proyectos y lo convirtieron en un símbolo no deseado de la sin razón, de la intolerancia. Nunca debió ocurrir. Nos hemos juntado aquí familia, amigos, compañeros de entonces y personas que conocen su historia para recordarle.

De corazón van todos los reconocimientos a las aportaciones, los esfuerzos, dedicación y al cariño y respeto que nos ha llegado en la preparación de este acto. Pero hay un reconocimientos especial que quiero destacar que es el esfuerzo de Itziar, que aunque las dos hemos puesto el alma, ella ha sido el principal motor de este acto y por ahí habrá estado Miren con sus sugerencias.

Ha habido mucho esfuerzo emocional para preparar esto en estos meses, pero viendo lo que yo estoy viendo desde este estrado ha merecido la pena.

Mila esker. Bihotzez.

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