Queridos socios, amigos y colaboradores
AGE y AGEMHA han impulsado la edición de dos nuevos libros sobre la guerrilla antifranquista.
Os animamos para que acudáis a la Feria del Libro a encontraros con sus autoras
Esperanza Martínez, autora de Guerrilleras, la ilusión de una esperanza
Seba Ortega, coautora, con Daniel C. Bilbao, de Manuel Torres, guerrillero
La firma de ejemplares será el sábado, día 12 de junio desde las 18,30 hasta las 20,30
Latorre Literaria. Caseta nº 12
Feria del Libro de Madrid
Esperanza Martínez
Guerrilleras. La ilusión de una esperanza.
Ed. Latorre Literaria. AGEMHA. Madrid, 2010.
21’50 x 15 cms. 144 págs. Abundante ilustración.
PVP: 15,50 €
Daniel C. Bilbao y Seba Ortega Torres
Manuel Torres, guerrillero
Ed. Latorre Literaria. AGE. Madrid, 2010.
21’50 x 15 cms. 112 págs. Abundante ilustración.
PVP: 14 €
Formamos parte de la sociedad de la memoria, cuya misión es no olvidar. Que nada se olvide, que nadie se olvide”, dice uno de los autores de estos dos libros en su presentación.
En los tiempos más duros de la represión franquista surgieron numerosos grupos de resistentes en toda la geografía española que se enfrentaban con las armas a la dictadura. Una de las agrupaciones más importantes fue la conocida como AGLA, Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, llegó a estar compuesta por algunos cientos de guerrilleros y miles de campesinos que ofrecían su colaboración como puntos de apoyo, desde Huesca hasta Cuenca y Alicante. Esta resistencia armada fue extinguiéndose a partir de los años 50, tras una durísima represión que tuvo como eje principal la eliminación de los puntos de apoyo por medios extremadamente violentos.
Rescatamos en estos libros la memoria de dos miembros de la guerrilla.
Esperanza Martínez sobrevivió a aquellas excepcionales circunstancias tras dos años de lucha en el monte, pagó el precio de quince años de cárcel, y ver morir a su padre y a su cuñado en combate, y nada le hizo perder ideales, ánimos de luchar y deseos de vivir. Esperanza relata la vida de una familia de pequeños campesinos republicanos en su aldea de la provincia de Cuenca, y cómo la represión les fue llevando inexorablemente a ser víctimas de la represión de la guardia civil o a unirse a la guerrilla dejando todo para intentar sobrevivir y seguir resistiendo. Cuando la lucha fue decayendo el Partido comunista le confió la dura misión de sacar guerrilleros clandestinamente del interior, misión en la que fue delatada y detenida por la policía. Tras duros interrogatorios fue puesta en libertad para servir de anzuelo, pero al no serles útil fue nuevamente detenida y condenada a casi treinta años de cárcel. Salió en libertad provisional en 1967 y se unió al Movimiento Democrático de Mujeres en Zaragoza, donde pudo comenzar a rehacer su vida en compañía de Manuel Gil, activista sindical que también sufrió años de prisión por su lucha contra la dictadura. En la actualidad reside en Zaragoza y dedica su enorme energía a defender la memoria de quienes como ella resistieron al franquismo en la lucha armada y no se ha querido aún reconocer en su calidad de resistentes al franquismo.
Manuel Torres, andaluz de Jaén, se inició en el activismo político durante la República repartiendo propaganda y defendiendo los ideales republicanos, fue marinero en la armada republicana, y tras la entrega de la flota a Franco por los franceses en Bizerta, fue de los que aceptó volver a España donde comenzó su verdadero infierno. Del campo de concentración pasó a campos de trabajos forzados y acabó en las obras del Valle de los Caídos. Huyó de Cuelgamuros cuando estaba próximo a que le dieran la libertad provisional y se unió a la guerrilla en Teruel y Barcelona. Detenido entre Valencia y Cuenca en el 47 cuando intentaba rescatar a un compañero herido tras un combate. Su cuerpo destrozado por las torturas fue hecho desaparecer por la Guardia Civil que le enterró en la fosa común del cementerio de un pueblo valenciano cercano al lugar donde fue asesinado.
Su madre, su hermana y su sobrina dedicaron años a rescatar su memoria y con la ayuda de periodistas e historiadores consiguieron reconstruir su historia y su muerte y desaparición. Esta es su historia, pero también la historia del arduo y lento rescate de una memoria común.
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