La placa que se inauguró en enero de 2017 en el edificio de la antigua prisión de Tabacalera, hoy Bibilioteca Central de Santander, como reconocimiento a los miles de presos del franquismo que por allí pasaron, que ya de por sí era tan escueta que apenas se sabía lo que significaba o por qué se había instalado allí, está desde hace tiempo semi-escondida entre dos muebles en el vestíbulo de la Biblioteca.
“El pretendido homenaje a las víctimas del franquismo ha quedado
completamente desvaído”, denuncia Marisol González, delegada de Archivo
Guerra y Exilio, una de la decena de organizaciones que impulsaron su
instalación el 30 de enero de 2017.
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