Ayer estuvimos en el homenaje a Felipe Matarranz en el cementerio de El Peral (Colombres, Asturias) en el 6º aniversario de su fallecimiento, al que acudieron muchas personas de diversos colectivos. Abrió el acto el alcalde de Rivadedeva, Jesús Bordás y a continuación intervino Mari Sol González, delegada de AGE en Cantabria con estas palabras:
Desde AGE-Cantabria queremos dedicar un recuerdo muy especial a Felipe Matarranz, porque como sabeis él pasó gran parte de su vida en Cantabria y estuvo asociado en AGE.
Felipe fue un luchador toda su vida, un luchador antifascista que estuvo hasta sus últimos días en el combate por la recuperación de la memoria democrática y que sin embargo, como el resto de sus compañeros, se fue sin poder ver el tan ansiado reconocimiento oficial de los guerrilleros por parte de las instituciones (el Parlamento o el Gobierno), algo que llevamos pidiendo año tras año en el Parlamento de este país que se dice democrático, pero que no quiere reconocer a los que lucharon por la democracia, y por defender al Gobierno de la República. Felipe fue un ejemplo de esa lucha, porque participó primero en la guerra de 1936, en diferentes frentes de batalla, luego en la cárcel al ser apresado por los golpistas, después como enlace de la guerrilla, en total pasó varios años condenado, hasta 1952 que salió en libertad y pudo rehacer su vida, pero siempre continuó con su compromiso político en la clandestinidad del PCE del que era un orgulloso militante.
La primera vez que escuché a Felipe contar las torturas a las que le sometieron en los interrogatorios cuando estuvo detenido, me impresionó la naturalidad con que lo contaba, pero es que como él mismo decía, para sobrevivir en esas circunstancias tan duras hay que tener mucha fortaleza, no solo física, sino psíquica, porque si flaqueabas psíquicamente estabas perdido.
Un hombre fuerte como un roble y endurecido por las circunstancias que le tocó vivir, como toda esa generación a la que robaron su juventud unos militares fascistas que nunca hubieran ganado la guerra si no fuera por el apoyo recibido de las potencias nazifascistas europeas, con la connivencia de otros países europeos que se decían democráticos.
Y para terminar, solo quiero hacer hincapié en la vergüenza que supone para nuestra democracia que luchadores como Felipe no hayan recibido una condecoración, el nombre de una calle o cualquier otro honor, como se hace en países como Francia con los resistentes y los combatientes por la democracia, donde por cierto, se le concedió junto a Jesús de Cos la medalla de oro de la ciudad de Pau. Aquí el gobierno asturiano le ha negado cualquier honor.
Finalizo ya, con el título de uno de los libros de Felipe: ¡Camaradas: Viva la República!
Después tomó la palabra Francisco de Asís Fernández, del Partido Comunista de Asturias que elogió la trayectoria de Felipe Matarranz como ejemplo de luchador comunista.
Desde AGE-Cantabria queremos dedicar un recuerdo muy especial a Felipe Matarranz, porque como sabeis él pasó gran parte de su vida en Cantabria y estuvo asociado en AGE.
Felipe fue un luchador toda su vida, un luchador antifascista que estuvo hasta sus últimos días en el combate por la recuperación de la memoria democrática y que sin embargo, como el resto de sus compañeros, se fue sin poder ver el tan ansiado reconocimiento oficial de los guerrilleros por parte de las instituciones (el Parlamento o el Gobierno), algo que llevamos pidiendo año tras año en el Parlamento de este país que se dice democrático, pero que no quiere reconocer a los que lucharon por la democracia, y por defender al Gobierno de la República. Felipe fue un ejemplo de esa lucha, porque participó primero en la guerra de 1936, en diferentes frentes de batalla, luego en la cárcel al ser apresado por los golpistas, después como enlace de la guerrilla, en total pasó varios años condenado, hasta 1952 que salió en libertad y pudo rehacer su vida, pero siempre continuó con su compromiso político en la clandestinidad del PCE del que era un orgulloso militante.
La primera vez que escuché a Felipe contar las torturas a las que le sometieron en los interrogatorios cuando estuvo detenido, me impresionó la naturalidad con que lo contaba, pero es que como él mismo decía, para sobrevivir en esas circunstancias tan duras hay que tener mucha fortaleza, no solo física, sino psíquica, porque si flaqueabas psíquicamente estabas perdido.
Un hombre fuerte como un roble y endurecido por las circunstancias que le tocó vivir, como toda esa generación a la que robaron su juventud unos militares fascistas que nunca hubieran ganado la guerra si no fuera por el apoyo recibido de las potencias nazifascistas europeas, con la connivencia de otros países europeos que se decían democráticos.
Y para terminar, solo quiero hacer hincapié en la vergüenza que supone para nuestra democracia que luchadores como Felipe no hayan recibido una condecoración, el nombre de una calle o cualquier otro honor, como se hace en países como Francia con los resistentes y los combatientes por la democracia, donde por cierto, se le concedió junto a Jesús de Cos la medalla de oro de la ciudad de Pau. Aquí el gobierno asturiano le ha negado cualquier honor.
Finalizo ya, con el título de uno de los libros de Felipe: ¡Camaradas: Viva la República!
Después tomó la palabra Francisco de Asís Fernández, del Partido Comunista de Asturias que elogió la trayectoria de Felipe Matarranz como ejemplo de luchador comunista.
Cerró el acto Juan Cigarría en nombre de la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR) organizadora del homenaje, con unas palabras reivindicando la lucha política de los guerrilleros antifranquistas que siguen sin un reconocimiento oficial.
La cita terminó con los presentes entonando 'La Internacional'.
Más información en la prensa asturiana:
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